Por Daniel Añorve Añorve
En nuestro blog del 21 de enero de 2021, recordábamos a los usuarios del Museo Virtual de Ciudades Hermanas, que el Hermanamiento es el rey de los Acuerdos Interinstitucionales (AII), como se infiere de la numeralia presentada en un estudio de 2015 de Jorge A. Schiavon publicado en Revista Mexicana de Política Exterior. Aunque se desprende de la actualización que el propio Schiavon (2020) lleva a cabo un lustro después en Trabajos de Investigación en Paradiplomacia, que el porcentaje que representan los Acuerdos de Hermanamiento dentro del listado de AII, el cual en México ya supera el millar (según el registro de AII de la Secretaría de Relaciones Exteriores), nada indica que los Hermanamientos pierdan centralidad dentro de la actividad paradiplomática de los gobiernos locales.
El Registro de Acuerdos Interinstitucionales (consultado el 31 de julio de 2021) reporta 43 AII para el Estado de Colima. A diferencia de otras entidades en las cuales el Hermanamiento representa la mayoría de los AII registrados, de los 43 AII del estado de Colima, el desglose arroja lo siguiente: 40 AII corresponden a convenios de colaboración entre la Universidad de Colima y diversas instituciones de educación superior en el extranjero; un Convenio Marco de Cooperación Técnica entre la Secretaría de la Juventud del Estado de Colima y el Fondo de Población de las Naciones Unidas en México; un Convenio Marco de Cooperación entre la Secretaría de Cultura del Estado de Colima y la UNESCO; finalmente, un único Hermanamiento entre el Gobierno del Estado de Colima y la Provincia de Chungchongbuk-Do de Corea del Sur. Llama la atención, no sólo el ínfimo porcentaje de los hermanamientos registrados, sino que no existe hermanamiento (registrado) alguno entre los municipios de Colima y ciudades en el extranjero. La pregunta entonces es, ¿No hay condiciones económica, intereses o vínculos históricos que pudiesen detonar, racionalmente un Acuerdo de Hermanamiento?
Colima cuenta con el principal puerto comercial de México, Manzanillo. Por ende, Manzanillo representa el puerto de entrada hacia la Cuenca del Pacífico. La relevancia estratégica de la región es bien conocida. Días antes de finalizar el primer período presidencial de Barack Obama, su entonces Secretaria de Estado, Hillary R. Clinton, expresó de forma inequívoca que el siglo XXI sería “El siglo americano en el Pacífico”. Ante el descomunal colapso que sufrió la economía mundial en 2020, producto de la pandemia global Covid-19, que continúa al momento de escribir estas líneas, entre las pocas economías que presentaron crecimiento positivo del PIB estuvieron China (2.27%), Myanmar (3.18%) y Vietnam (2.90%) en 2020. Ahora, si tomamos en cuenta los intereses de distintos sectores, grupos o instituciones, podemos ver que cuatro de los cuarenta convenios de la Universidad de Colima se dan con universidades tailandesas y chinas. Resta entonces analizar las condiciones históricas para un hermanamiento.
En 2010, la Dra. Paulina Machuca escribió un excelso trabajo (mismo que se puede encontrar dentro del repositorio, en la sala 4 del MVCH), que pone de manifiesto la necesidad de concretar un Acuerdo de Hermanamiento entre Colima y Manila, Filipinas.
Machuca (2010: 7), asegura:
Durante dos siglos y medio, las ciudades de Colima y Manila mantuvieron una estrecha relación sociocultural como resultado de los viajes transpacíficos del “Galeón” de Manila. En su travesía hacia el puerto de Acapulco esta embarcación encallaba con regularidad en el puerto de Salagua (Manzanillo, Colima) para abastecerse de víveres, así como para enviar al virrey de la Nueva España el pliego oficial con los pormenores del “Galeón”. Fue así como numerosos asiáticos (conocidos en la Nueva España como “indios chinos”) desembarcaron en territorio colimense y se establecieron en las haciendas de palmas (Machuca, 2009a), muy familiares para ellos por tratarse de una planta de origen asiático. Los filipinos enseñaron diversos usos del cocotero (Cocos nucifera L), desde bebidas, comidas, utensilios y casas habitación conocidas como palapas; esta herencia pervive actualmente y es parte de la vida cotidiana de los colimenses.
Machuca lista diez razones concretas que demuestran vínculos históricos naturales entre Colima y Manila. Asegura que estos vínculos no son simples accidentes históricos, sino que muchos de ellos persisten hasta nuestros días, ya que han transformado y orientado el propio desarrollo, formas de vida, gastronomía, arquitectura y tradiciones en Colima. El listado, resumido es el siguiente:
1. El tornaviaje anual del Galeón de Manila con una parada obligada en Salagua (hoy Manzanillo);
2. El Galeón de Manila en el Puerto de Salagua, lo cual generaba comercio, ferias y abastecimiento de viveres;
3. La llegada a América del cocotero, lo cual afirma Machuca (2010: 12) es un hecho sin precedentes en la historia del reino vegetal. La ciudad de Colima es hoy conocida como “la ciudad de las palmeras”; esto, hubiese sido imposible sin los vínculos con Filipinas.
4. Colima y sus casa de Palapa o también conocidas como enramadas;
5. El destilador filipino y el vino de cocos. La tuba hoy es un emblema de Colima, al grado que danombre el equipo local de futbol;
6. El alcalde de chinos en Colima;
7. La cultura material de influencia asiática en Colima;
8. Los marineros enterrados en la villa de Colima;
9. Los colimenses desterrados a Filipinas;
10. San Felipe de Jesús, mártir de Nagasaki.
Como puede apreciarse, existen muy variadas razones que demuestran que el hermanamiento no se trata de una preferencia o capricho de alguna autoridades contemporánea, sino de un reclamo histórico, basado en sendas razones, sí históricas en un comienzo, pero también de la vida material y cultural de Colima en pleno siglo XXI que serían imposibles sin el legado filipino que llegó a Colima por medio del Galeón de Manila.
A once años de que Paulina Machuca hiciera esta recomendación a través de un artículo publicado en Portes, Revista Mexicana de Estudios sobre la Cuenca del Pacífico, quienes integramos en Museo Virtual de Ciudades Hermanas (MVCH) hacemos un llamado a la concreción de éste y algunos otros hermanamientos que quedan pendientes. Creemos firmemente que los hermanamientos deben obedecer a una serie de criterios objetivos, para que este instrumento, tan valioso recupere su intención original: acercar a pueblos que alguna vez tuvieron vínculos profundos y que por azares del destino los han ido perdiendo.
Dr. Daniel Añorve Añorve
Profesor del Departamento de Estudios Políticos y de Gobierno
Universidad de Guanajuato
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