Los hermanamientos de ciudades tuvieron su origen en la Europa de las posguerras. Originalmente fueron concebidos como un instrumento de vinculación y comprensión entre sociedades que habían sido escindidas por la guerra. Durante la segunda mitad del siglo XX progresivamente se convirtieron en mecanismos de promoción de intereses económicos y comerciales. Una de las grandes críticas que se ha hecho a los hermanamientos es su carácter primordialmente protocolario y que de facto han sido un instrumento de turismo político para las élites de las ciudades. En el siglo XXI creemos que los hermanamientos pueden ser reconceptualizados y racionalizados como una poderosa herramienta de cooperación internacional descentralizada y horizontal entre ciudades ubicadas en distintos países. Creemos que toda ciudad cuenta con necesidades apremiantes que atender, pero también con expertise valioso en algunas áreas que podrían ser de interés para otras ciudades. Fundamentalmente, en el Museo Virtual de Ciudades Hermanas (MVCH), iniciativa pionera en la materia, consideramos que los beneficios de los hermanamientos deben llegar a todos los actores y sectores que habitamos las ciudades, de allí nuestro eslogan, “De la ciudad al mundo en la palma de tu mano”.
Dr. Daniel Añorve Añorve
Profesor del Departamento de Estudios Políticos y de Gobierno
Universidad de Guanajuato
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