Por: Driveth Razo
¿Quién dice que los pequeños municipios de las grandes zonas metropolitanas no podrían ser referentes de internacionalización?
Normalmente cuando se habla de la Zona Metropolitana del Valle de México, uno piensa en la Ciudad de México, en sus zonas más conocidas como Roma, Polanco, Santa Fe o Tlatelolco, e incluso se puede llegar a pensar en Toluca o Valle de Bravo. Sin embargo, rara vez se piensa en el Estado de México desde su individualidad, en cada una de las pequeñas ciudades que lo conforman y que, a su vez, conforman la Zona Metropolitana del Valle de México. Por lo que no es de extrañar que, tanto las buenas prácticas como las malas, se le adjudiquen al gobierno de la ciudad capitalina que en este caso sería el encabezado por Claudia Sheinbaum.
El pertenecer a una zona metropolitana conlleva, en muchas de las ocasiones, seguir la agenda planteada por aquellas ciudades de mayor tamaño y que, además, cuentan con un mayor capital. Así, se terminan cediendo ciertas capacidades y facultades con tal de tener una zona metropolitana funcional, sin llegar a desperdiciar recursos en la duplicidad de sus esfuerzos como gobierno local y como identidad metropolitana. Por lo que esta forma de cooperación entre las mismas entidades genera tanto oportunidades como amenazas y, dependerá de las entidades pequeñas saber aprovecharlas, hundirse en ellas, o en todo caso ser indiferente a estas.
Tultitlán es uno de los municipios que pertenece a la Zona Metropolitana del Valle de México y que, a diferencia de varios gobiernos locales, ha buscado impulsar su desarrollo con prácticas paradiplomáticas descritas dentro de su Plan Municipal para la Acción Internacional 2020-2021. Por lo que, al contar con su propio plan no depende exclusivamente de las acciones de internacionalización que realiza la Ciudad de México en la materia y, al contrario, busca ganarse su propio espacio dentro de la agenda internacional.
De acuerdo con datos presentados por DataMéxico, al 2020, la población en Tultitlán era de 516,341 habitantes (48.7% hombres y 51.3% mujeres) y sus ventas internacionales fueron de US$149M. Una de sus mayores fiestas es la Fiesta Anual de Tultitlán en favor de San Antonio de Padua. Se realiza durante 14 días y se llevan a cabo actividades artísticas que contemplan conciertos masivos, muestras pictóricas y muestras fotográficas, así como múltiples actividades culturales, muestras gastronómicas y presentaciones de libros. Si bien la pandemia ha podido cambiar ciertos aspectos de esta fiesta, no deja de ser un plus al valor agregado que ya tiene por su ubicación geográfica.
Como parte de su gobierno cuenta con la Comisión de Asuntos Internacionales, Apoyo al Migrante y Derechos Humanos, la cual ha sido parte fundamental en el desarrollo e implementación del Plan Municipal para la Acción Internacional 2020-2021. Dicha política de internacionalización, además de contar con Mención Honorífica en el marco de la premiación IAPEM a la gestión municipal 2020, se ha convertido en un gran ejemplo para todas aquellas ciudades con capital limitado que creen que es imposible practicar la paradiplomacia solo por su presupuesto reducido.
Si bien se trata de un plan rector cuyo periodo de implementación fue de tan solo dos años, no deja de ser un hito y la piedra angular a partir de la cual se gestarán sus esfuerzos de internacionalización. En dicho plan se contempló la necesidad de realizar convenios de colaboración con otras ciudades para intercambiar experiencias en la aplicación de políticas públicas siempre orientadas al desarrollo de la población. Aunado a ello, se contó con el respaldo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el gobierno federal y el gobierno estatal, por conducto del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado de México.
Si bien todavía es temprano para afirmar que dicho plan obtuvo los resultados esperados, más allá de lo que se plasmó en el papel o de los acuerdos firmados; no cabe duda de que si marca un antes y un después para aquellas ciudades que normalmente se ignoran dentro de las zonas metropolitanas o cuyo actuar se detiene tan solo por el temor de no contar con los recursos suficientes. Todo lo que se necesita es comenzar a trazar una ruta de actuar que, aunque no llegue a ser a largo plazo, si contenga los primeros necesarios para convertirse en un actor activo de cooperación descentralizada.
Driveth Razo
Licenciada en Relaciones Internacionales
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